En el Estanque
En el Estanque
Jin, Ha

EAN: 9788483102206
Editorial: Tusquets
Materia(s): Ficción moderna y contemporánea , Inglés
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1 Shao Bin estaba harto de la comunidad en la que llevaba viviendo más de seis años, la Colonia de la Posta. Su esposa, Meilan, se quejaba de que los fines de semana tenía que recorrer a pie tres kilómetros para lavar la ropa. No sabía montar en bicicleta, por lo que Bin la llevaba en el portaequipajes de la suya hasta el arroyo Azul, pero los fines de semana de aquel mes trabajaba en la Fábrica de Fertilizantes Agosto y no podía ayudarla. Ojalá, se decía, vivieran en el llamado Parque de los Trabajadores, el recinto de viviendas de la fábrica, que se hallaba a unos pocos centenares de pasos del arroyo. Últimamente, Meilan le rezaba a Buda cada noche, y le rogaba que ayudara a la familia para que encontraran pronto un piso en el parque. -No te preocupes -le dijo Bin el miércoles por la tarde-. Esta vez conseguiremos uno. -¿Cómo puedes estar tan seguro? -Nos lo tienen que dar. Soy más veterano que otros. -Eso no es ninguna garantía. En efecto, Bin llevaba seis años trabajando en la fábrica y, de acuerdo con el principio de la necesidad y la antigüedad en el puesto, esta vez parecía que los Shao tendrían un piso nuevo, pero Meilan no se sentía optimista. -Si yo estuviera en tu lugar -le dijo-, les daría al secretario Liu y al director Ma dos botellas de Savia de Grano a cada uno. Tengo entendido que mucha gente los ha visitado por la noche. No deberías limitarte a esperar sentado. -Ni hablar, no voy a gastar un solo fen en ellos. -Mira que llegas a ser tozudo -susurró la mujer. Bin era un hombre de baja estatura. Había sido robusto y gozado de buena salud, pero en los últimos años había perdido tanto peso que la gente le llamaba «Saco de huesos» a sus espaldas. A pesar de su físico, tenía talento y era arrogante. Leía más que cualquier otro trabajador de la fábrica, y conocía muchos relatos antiguos e incluso las aventuras de Sherlock Holmes. Además tenía una bonita caligrafía, y por ése el motivo algunas trabajadoras comentaban: «Si ese hombre tuviese